Desde su campaña presidencial, Javier Milei había expresado su rechazo a la Agenda 2030 de la ONU, calificándola como una manifestación del «marxismo cultural» y la «decadencia». Al asumir la presidencia, Milei ordenó a la Cancillería argentina objetar o rechazar todos los proyectos multilaterales relacionados con esta agenda, que fue adoptada en 2015 por 193 países, incluyendo Argentina.
Objetivos de la Agenda 2030
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible incluye 17 objetivos:
- Fin de la pobreza
- Hambre cero
- Salud y bienestar
- Educación de calidad
- Igualdad de género
- Agua limpia y saneamiento
- Energía asequible y no contaminante
- Trabajo decente y crecimiento económico
- Industria, innovación e infraestructura
- Reducción de las desigualdades
- Ciudades y comunidades sostenibles
- Producción y consumo responsables
- Acción por el clima
- Vida submarina
- Vida de ecosistemas terrestres
- Paz, justicia e instituciones sólidas
- Alianzas para lograr los objetivos
Cambio de Posición en la OEA
Argentina sorprendió al foro regional de la OEA al cambiar su posición habitual y objetar varios proyectos de resolución relacionados con derechos humanos, seguridad hemisférica, fortalecimiento de la democracia, la crisis en Haití y la igualdad de género. Este cambio generó malestar entre otras delegaciones, incluyendo las de Estados Unidos y México, que habían trabajado durante meses para consensuar estas iniciativas.
La embajadora de Argentina en la OEA, Sonia Cavallo, recibió instrucciones directas del presidente Milei para objetar todos los proyectos de resolución relacionados con la Agenda 2030. Este enfoque causó un cruce diplomático con el representante de Estados Unidos, Franc Mora, cuando Argentina objetó un párrafo relacionado con la violencia de género en una resolución sobre Haití.
Las objeciones de Argentina no se limitaron a la resolución sobre Haití. También incluyeron un proyecto de resolución sobre la promoción de la seguridad hemisférica y otro sobre la promoción y protección de los derechos humanos. Esta postura ha generado una situación diplomática incómoda para Argentina, que históricamente ha apoyado estos temas en la OEA.
El cambio de posición de Argentina en la OEA refleja la nueva doctrina del gobierno de Milei, que rechaza la Agenda 2030 y sus principios. Este giro ideológico ha generado tensiones diplomáticas y ha puesto en cuestión la coherencia de la política exterior argentina en el ámbito regional e internacional.